El día 15/11 tuvo lugar la Conferencia titulada “Los niños con problemas graves: la experiencia clínica en escena”, a cargo del destacado psicoanalista Esteban Levin.
Con intensa claridad expositiva el disertante planteó desde el inicio, que en el tratamiento de la infancia el analista parte de una ética: afectarse y relacionarse con el sufrimiento del niño, no así con un diagnóstico que presume un saber totalizante e indica conductas a seguir.
Por el contrario, plantea Levin, el analista se involucra en el sufrimiento infantil cuando se introduce él mismo en la experiencia que comenzará a construir junto al niño. Ambos saldrán de la escena antedicha transformados.
Dicha transformación incluye la puesta en juego del cuerpo, y no sólo de la palabra, por parte del niño y del analista.
Esto permite infligirle, al sufrimiento que el niño porta, una diferencia –especialmente en los casos graves-.
Se genera un nuevo espacio. Esta experiencia tendrá ahora posibilidad de inscribirse y abrir nuevas vías, incluso neuronales (plasticidad neuronal).
“La infancia hay que construirla en todos los casos, incluso con aquellos niños donde nos encontramos con patologías graves y/o dificultades serias, incluso a nivel orgánico”, afirma Levin.
El expositor señala, que cuando más grave es la problemática del niño, más difícil le resultará jugar. Sin embargo, el analista no deberá nunca declinar la apuesta en este sentido. Será por las operaciones que el juego propone (desdoblarse, transformarse en otro, ausentarse, etc.) que el niño tendrá la posibilidad de armar su propia historia, para luego apropiársela a su cuenta.
Asimismo, Levin destacó la importancia que en la clínica de la infancia tiene el trabajo con los padres. Para intentar que ellos también participen en forma activa de la experiencia. Proponerles un lugar diferente de ser meros observadores de lo que al niño le va ocurriendo en el tratamiento.
Donar lo infantil como operatoria del analista, sin esperar nada a cambio, genera en el niño una deuda (simbólica) que promueve que él mismo sea quien desee formar parte de la experiencia del juego que el terapeuta le propone.
Excelente exposición. ¡¡Felicitaciones!!
Reseña por Miriam Mazover