La Ansiedad refiere a un estado de tensa excitación e inquietud anímica, muy penoso y desagradable, que siente un sujeto. Se caracteriza por anticiparle un peligro inminente para su vida corriente y la amenaza -siempre presente- de que va a vivir un desenlace muy desdichado y desafortunado.
¿Qué caracteriza, a nivel psíquico, a la Ansiedad?
El sujeto ansioso se siente, en primer lugar, apremiado psíquicamente, en estado de urgencia subjetiva, oprimido, exigido y obligado a responder (sin que haya un otro que se lo esté demandando en la realidad) con acciones a situaciones que empiezan a atormentarlo, de manera súbita, en el devenir cotidiano.
El sujeto, en el decir corriente: “se da máquina y no puede parar”
¿Cómo se manifiesta, a nivel del cuerpo, la Ansiedad?
- Con una alerta permanente.
- Con nerviosismo y tensión muscular.
- Con respiración acelerada y sudoración.
- Con cansancio y debilidad.
- Con problemas para concentrarse o para pensar otra cosa que no sea la preocupación actual.
- Causas endógenas (psíquicas) de la Ansiedad
El sujeto que sufre de Ansiedad padece y soporta sobre sí mismo un Superyó extremadamente severo y cruel, que le exige ejecutar sus expectativas, mandatos imposibles de cumplir, por ser tan desmedidos y descomunales, que están fuera del alcance de un sujeto humano. Son mandamientos construidos para “Dioses” – La condena subjetiva.
El sujeto vivirá, entonces, bajo la sensación de un continuo fracaso, porque su sobreexigencia “solo los Dioses podrían cumplirla”.
En otros casos, el sujeto que sufre de Ansiedad es aquel que está atravesado por pulsiones que lo des-bordan y a las que no puede ponerles freno, aunque conscientemente advierta que le hacen daño. Estos sujetos sufren de Compulsiones del Ello: a la comida, a la bebida, a las drogas, al juego.
B) Causas exógenas de la Ansiedad
En los tiempos contemporáneos, la Ansiedad es una invitada permanente de nuestra sociedad. Se nos exige: velocidad, cambio, éxitos, productividad, innovación permanente. Todo esto es fuente de una tensión subjetiva. El riesgo siempre es quedar fuera del sistema, criticado y desvalorizado.
Intervenciones Clínicas para la Ansiedad:
El sujeto ansioso -a diferencia del sujeto angustiado- no se siente interrogado por su sufrimiento, es decir que no consulta preguntándose “¿qué me pasa?”, como ocurre en los casos de angustia. La consulta se resume en una demanda “cash”: “quiero sacarme estos malestares tortuosos de mi vida”.
El analista deberá, en principio:
- Alojar esta demanda de alivio inmediato, porque se trata -justamente- de un sujeto ansioso.
- Escuchar el minucioso relato de los síntomas y manifestarle al paciente que verdaderamente ellos le causan un gran sufrimiento psíquico.
- Iremos creando, así, un marco de entendimiento y confianza para que nuestra palabra sea escuchada. Y, poco a poco, podremos introducir la idea de “causa”.
- La causa de su Ansiedad la encontraremos en un trabajo terapéutico que será conjunto, en donde el analista -en una posición activa y a través de recortes que el paciente nos ofrece- utilizará, fundamentalmente, las “Construcciones en Psicoanálisis”. Las interpretaciones no tendrán eficacia, porque están ausentes las formaciones del inconsciente.