Reseña por Miriam Mazover
El martes 24/4 tuvo lugar la Conferencia “Clínica del cuerpo, las pulsiones y el amor” a cargo del prestigioso psicoanalista Benjamín Domb.
Con destacada didáctica, el expositor recorrió fragmentos de la obra de Sigmund Freud “Introducción al Narcisismo”. Así, se explayó sobre el narcisismo como aquel estado en donde el sujeto se toma a sí mismo como objeto sexual, en esta operación el cuerpo está totalmente implicado.
Domb desarrolló de qué cuerpo hablamos cuando nos referimos al sujeto, “el narcisismo tal cual Freud lo plantea no viene de entrada, es producto de un acto psíquico”, afirma el disertante.
El ser humano nace con un desvalimiento tal que necesariamente debe ser asistido por el Otro, en el mejor de los casos, la madre. El cuerpo del niño está fragmentado, sin dominio de sí. Aquí juega un papel esencial el Deseo de la Madre, en tanto será por él que puede alojar en el lugar de su falta al niño.
El deseo de la Madre podrá pensarse de varias maneras, una de ellas es que resulta necesario para que haya un cuerpo (narcisismo primario), que desde el discurso de la madre haya un lugar para el niño.
“La madre toma al niño como su ideal, el niño se percibirá como ese ideal, constituyendo así su narcisismo y su cuerpo. Esta operatoria se da entre los seis meses y año y medio”, afirmó el expositor.
Domb se explayó y recalcó esta noción: el niño no tiene de entrada un cuerpo, este es producto de una operatoria en donde el deseo de la madre es esencial y clave, no hay un cuerpo “natural”. “Amo mi cuerpo porque fui amado, si fui amado el cuerpo adquirirá consistencia”, nos dice el disertante.
El cuerpo que se adquiere es un cuerpo con agujeros pulsionales (boca, ano, mirada y voz). “En la superficie del cuerpo ubicamos el amor”, comenta el expositor.
El amor es dar lo que no se tiene (el falo) a alguien que no lo es.
El cuerpo pide el abrazo del Otro porque en él encuentra su consistencia.
Excelente exposición ¡¡Felicitaciones!!