“Ya no está más…¿y ahora?” Al leer esta frase uno podría pensar en varias circunstancias que transitamos a lo largo de nuestra vida, voluntaria e involuntariamente. Podemos pensar en la pérdida de un ser querido, la pérdida de un empleo, el fin de una relación o de un vínculo, la partida de los hijos de la casa de los padres, entre otros ejemplos. Si bien son situaciones diferentes, podríamos pensar desde el psicoanálisis que tienen una base en común…la elaboración de un duelo.
¿Qué es un Duelo?
Tal como lo define Sigmund Freud, «el duelo es la reacción frente a la perdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces como la patria, la libertad, un ideal, etc». El autor de referencia nos habla de un concepto llamado investidura libidinal. Se podría pensar que la libido es una carga emotiva, con la que investimos a personas, relaciones y cosas. Luego de depositarles nuestra carga emotiva (o líbido), vamos formando vínculos emotivos de distintas índoles (familiares, amorosos, etc).
Siguiendo el eje de la teoría de Freud, lo que sucede en el duelo es que notamos inexorablemente que aquello con lo que formamos el vínculo ya no está, lo que genera una experiencia doliente y mortificante, sintiendo una angustia avasallante. El mundo se vuelve pobre y vacío, ya no tenemos a esa persona, relación o vínculo.
El proceso del Duelo y su relación con la psicoterapia
¿Cómo es el proceso del Duelo y como se relaciona con el psicoanálisis? El psicoanalista acompaña al paciente en el proceso del Duelo, dándole un lugar de alojamiento. El consultante expresa, a través de la palabra, su angustia por la pérdida del vínculo, sus recuerdos y expectativas perdidas. La angustia es el motor para elaborar la pérdida y poder seguir adelante.
Freud descubrió que la palabra produce alivios en el sufrimiento humano, que tiene efectos curadores. Compartiendo la experiencia doliente con un otro – el psicoanalista, a través de la palabra – se comienza a salir de la inmovilidad generada por la angustia. El analista, además de escuchar, realiza un recorte de lo oído, para poder recomponer juntos lo escuchado y poder ir trabajando el proceso del Duelo. Por medio de la palabra, se puede elaborar el desplazamiento de la carga emotiva que el paciente trae con aquello perdido.
Este movimiento de emociones se realiza primeramente alrededor del objeto que ya no está, sea este una persona, un vínculo, etc. Ayudamos a que el paciente lo piense, lo recuerde, hable de él, una y otra vez sin dejar de acompañarlo en su sufrimiento. Esta carga emotiva, de a poco se ira trasladando hacia nuevos horizontes, pieza por pieza; para luego de un tiempo revestir nuevos objetos (personas, vínculos, objetos).
Nuestra labor como analistas en el proceso de Duelo es alojar y acompañar al paciente a elaborar su pérdida, hasta que pueda transformarla otra vez en deseo. La vida cobrará, así, nuevamente un sentido.
Autora: Florencia Galante
Lic. en Psicologia (U.B.A). Cursó el Posgrado en Adultos de la Institución Fernado Ulloa y también ejerce allí como Psicóloga Clínica desde el 2013. Es Admisora, Docente de Pasantías y Coordinara institucional en la Institución Fernado Ulloa (2016-actual). Se desempeña en consultorio privado en capital y provincia, brindando atención a adolescentes y adultos. Contacto: galanteflorencia@yahoo.com.ar