El día del niño es un día muy especial. Se intenta colmar a los pequeños de la casa de risas, alegrías y regalos. Sin embargo, es importante destacar que principalmente este día tiene como finalidad resaltar el bienestar y los derechos de los niños en todo el mundo.
El desarrollo del niño
Cuando el bebé nace, el Otro -quien le da la vida- lo transformará en Sujeto, por medio del amor, la palabra y el cuidado. Descifrará cada llanto, cada expresión, cada gorjeo. Esta traducción, posibilitada por el amor, arma su propia imagen y lo alimenta en todos los sentidos.
El bebé crecerá y entrará así en la infancia, y se espera que en este proceso el adulto pueda otorgarle una gradual autonomía. En estos tiempos, los adultos ocuparán un lugar ideal, algunos de ellos –los más primordiales- serán mirados como héroes.
En el caso de los padres, este lugar idealizado, les facilitará poner los límites, es decir sostener los famosos “no”. Generalmente es más difícil ejercer una prohibición que dejar a los niños hacer lo que quieran. Sin embargo, es importantísimo recalcar que los límites, puestos desde el amor, son formativos de un sujeto ético.
Estos límites tendrán que complementarse con palabras que expliquen y contesten las preguntas de los niños, generadas por su continua relación con un mundo que van descubriendo paso a paso.
Asimismo, si hablamos de niños, recordaremos siempre la importancia del juego, clave para su desarrollo y/o aprendizaje. Ellos permiten por medio de la exploración, la búsqueda y la prueba, confrontarse una y otra vez a diversas situaciones. Son muchas ocasiones en donde los niños, imitando la realidad, pueden exteriorizar sus emociones, momentos difíciles y/o frustraciones.
El día del niño
Durante la niñez los adultos seremos imprescindibles. Más allá de los regalos que generalmente les hacemos, este reconocimiento debe ir acompañado de tiempo para ellos, juegos compartidos y miradas. A su vez, sabemos que tendremos que significar aquello que nos demandan, porque no siempre lo que el niño pide explícitamente es aquello que él necesita. También en lo posible, trataremos de evitar las pantallas que cotidianamente nos invaden y nos quitan las palabras.
Aunque consideremos un hecho positivo tener un día particular situable en el calendario, el respeto a los derechos del niño y el reconocimiento a su vida debe ser diario.
¡¡Feliz día, felices días, a todos los niños del mundo!!
Autora: Fabiana Abalde
Psicóloga. Realizó pasantías en el Cenareso. Hizo Concurrencias en el Hospital Borda. Cursó múltiples postgrados: Psicoanálisis con niños (Hospital Elizalde), Pubertad y adolescencia, (Hospital Argerich), Psicología aplicada al deporte (UBA), Psicocardiología (UB) y Ludopatía (GCBA). Es Docente y Supervisora del Posgrado en Psicoanálisis con Niños y Adolescentes en la Institución Fernando Ulloa. También atiende en consultorio privado a niños, adolescentes y adultos. Contacto: lic.abalde@gmail.com