Edición de Enero – Publicado en Revista Expertas – Opinión de: Mirta Petrollini
Claves para reorganizar tus espacios y aprender a ordenar de una vez y para siempre ¡Manos a la obra!
A primera vista puede sonar poco creíble que con “solo” ordenar los espacios veremos cambios en nuestro ánimo y hasta podremos decidir hacer una modificación en el rumbo de nuestra vida sentimental o personal. Sin embargo, esto tiene una explicación: “Un espacio ordenado disminuye el estrés porque facilita el encuentro de los objetos, visualmente presenta armonía y estética, y, en este ubicar y ubicarse, se obtiene una sensación de equilibrio y control. De este modo, el orden es funcional y produce bienestar”, afirma la licenciada Mirta Petrollini, supervisora y docente de la Institución Fernando Ulloa.
Entonces, ¡manos a la obra! A controlar el caos y vivir en plenitud.
El método Konmari
Si alguien conoce cómo el orden repercute en la vida, sin dudas es la japonesa Marie Kondo, quien con su libro “La magia del orden” convirtió su método KonMari en una reconocida herramienta mundial.
La clave, según la autora, es primero cambiar nuestra mentalidad, para luego modificar los hábitos. Y para que esto suceda es importante que veamos resultados concretos, por eso hay que generar cambios drásticos. ¿Qué quiere decir esto? Simple, que si vamos ordenando de a poco, no será posible que percibamos los avances a nuestro alrededor, y terminaremos perdiendo motivación.
El método KonMari se basa en organizar todo de un tirón mediante dos acciones: decidir qué objetos conservar y cuáles no, y luego ver dónde guardaremos los que queremos conservar. Por supuesto que estas dos acciones pueden resultar difíciles porque no son absolutamente racionales, están atravesadas por nuestras emociones. Seguramente, al empezar a seleccionar qué conservar y qué no, nos encontraremos con que tenemos un gran apego a ciertos objetos, porque como explica la licenciada Petrollini “no son solo algo útil, representan recuerdos, son como fragmentos de aquellos a quienes amamos; por eso, el objetivo será que una persona pueda aceptar que ciertos objetos (libros, ropa, fotos, objetos especiales) ya no forman parte del momento actual o que no cumplen la función para la que los compramos, y así logrará desprenderse de ellos, aceptando que concluyó una etapa y que es momento de donarlos o entregarlos”.
Para que esa selección sea más llevadera, Marie Kondo propone focalizarse en lo que queremos guardar, y que estas deben ser cosas que nos den alegría. Para descubrirlo, debemos tomar cada uno de los objetos y ver qué sensación nos producen. Sí, tan simple y emocional como eso.